Las heridas de la infancia son experiencias dolorosas que vivimos en soledad, incertidumbre, abandono y desprotección. Pueden ser toda una serie de experiencias dolorosas o algunas muy fuertes que marcaron nuestra vida.

Muchas de las heridas que vivimos son transmitidas de manera inconsciente por nuestros padres o personas destacadas en nuestra infancia. Un padre herido pasa las heridas a sus hijos de manera automática y la mayoría de las veces sin darse cuenta. Estas heridas no resultan son una película en nuestro cerebro y nos pasamos la vida buscando nuevos personales de nuestra película, pero con los mismos finales donde yo me siento solo o abandonado por todos, traicionado, no perteneciente, avergonzado o culpable. 

En este taller conocerás los distintos tipos de guiones que repiten una y otra vez. Te darás cuenta que eso que crees que eres, y que es la vida, es solo un síntoma de una herida y un mecanismo de defensa y que en el fondo no sabes quién eres. Te daremos herramientas prácticas para dejar de reproducir esos guiones y dejes de ser el actor principal de tus películas de dolor y empiezas a ser el director que cambia los guiones porque merece una vida feliz.